Por: Sor Margarita Morales, Salesiana enferma en formación
Quiero compartirles la experiencia vivida durante las prácticas del cuarto semestre de Enfermería; aprovechando la oportunidad para agradecerle a la Inspectoría por permitirme realizar este estudio en el que aprendo tanto. Que todo sea para el bien de las hermanas que el Señor me confiará.
La primera práctica que se llama “comunitaria” la desarrollamos en Instituciones Educativas de la ciudad de Medellín. A mi grupo de práctica le correspondió en uno grados 7º de un Colegio de la Comuna 13. ¡Un ambiente muy distinto al que uno está acostumbrado en los Colegios nuestros! Todo un reto llegar allí a dar Educación Sexual. Tanto ellos como nosotros, estábamos a la expectativa de lo que sucedería…
A medida que se desarrollaban los encuentros (que fueron apenas cuatro), fuimos aprendiendo juntos que la sexualidad es una dimensión humana como otras y que por tanto debe valorarse y respetarse, sin reducirla a lo genital. Después del encuentro diagnóstico, la docente acompañante nos propuso trabajar desde el proyecto de vida, la autonomía y la toma de decisiones. Fuimos el único grupo que no limitó la Educación Sexual a los tema de ITS (Infecciones de trasmisión sexual) y planificación familiar; algo que significó para nosotros y los adolescentes, ir más allá de lo evidente y encontrar razones para ver esta dimensión como parte de ese todo maravilloso que es el proyecto personal. Tal vez ellos aún no tengan la madurez para comprender muchas cosas, pero les quedó claro que deben pensar lo que quieren para su vida y que deben actuar de acuerdo a eso que quieren alcanzar.
La segunda fue en el Hospital del Municipio de Caldas, ¡la primera práctica clínica de la carrera!, el temor era muy grande al no saber lo que íbamos a encontrar y más en algo tan delicado como la ginecología y la obstetricia. Fueron unos días muy especiales en los que pudimos acompañar maternas en su proceso preparto, parto y posparto. ¡Qué alegría poder ver el milagro de una vida que crece, se desarrolla y nace del vientre de una madre! Pero también ¡qué duro ver cómo algunas cortan este proceso porque no quieren tenerlo o porque el bebé viene con malformaciones! Por favor oremos mucho por todas esas mujeres que piensan en abortar, para que entiendan que esa persona que viene en camino también tiene derecho a vivir.
La última práctica fue en un Centro de Salud de uno de los Corregimientos de Medellín: Santa Elena, donde es encantadora la bondad, la sencillez y la acogida de la gente. Además encontrar un personal comprometido con el servicio y el acompañamiento en el proceso de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, estimula a seguir tratando a cada paciente de la mejor manera.
¡Dios nos siga ayudando a cuidar las unas de las otras y de las personas que se nos confían!