Por: Sor Olivia Hoyos.
Como Familia salesiana nos reunimos por segunda vez este año, el domingo 24 de febrero en el Colegio San Juan Bosco de Belén. Esta jornada fue dirigida por los miembros de la CIFASA (Consulta Inspectorial de la Familia salesiana).
En la primera sección de este encuentro, presentamos el Aguinaldo del Rector Mayor Don Ángel Fernández, luego realizamos un carrusel de la Santidad Salesiana, donde cada grupo de la Familia Salesiana presentaba un santo, se hablaba un poco de su vida y su entrega en la vida salesiana y su estilo de encarnar el Evangelio.
Una de estas personas fue Alessandrina María Da Costa quien nació el 30 de marzo de 1904 en Portugal. Era una pequeña campesina alegre y afectuosa. A los 14 años saltó por la ventana al jardín al ser amenazada por salvar su pureza. Esto le ocasionó una parálisis total que la tuvo en cama por 30 años. Se ofreció como víctima a Cristo por la conversión de los pecadores y por la paz del mundo. Desde 1942 no tomaba ni bebidas ni alimentos más que la Sagrada comunión cotidiana. Murió el 13 de octubre de 1955. Ella Cooperadora Salesiana, en camino a los altares es uno de los tantos ejemplos de santidad que nos enseña que aún en las circunstancias más difíciles y dolorosas se puede ser Santo y que no importa lo que hagamos, sino el amor con que vivimos y le entregamos todo al Señor.
Terminamos la jornada con la celebración Eucarística precedida por el padre Jhon Jairo Gómez y tres sacerdotes más, quienes nos animaron a ser santos según el estilo salesiano y en el cotidiano, atentos a lo que Dios nos pide en cada momento.
Agradecemos a Dios por la santidad salesiana de los altares, pero especialmente por los santos del lado como dice el Papa Francisco, que nos estimulan a recorrer juntos este hermoso camino de configuración con Cristo.