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SOR JUDITH DE JESÚS POSADA HERNÁNDEZ

Sor Judith era la primera entre once hermanos, que bajo la sabia tutela de sus padres Don Francisco y Doña Ligia, formaron un hermoso hogar bendecido por el amor de Dios y una sincera y sencilla devoción a la Madre del Cielo. Como hija primogénita fue sabiamente formada en gran virtud y robusta personalidad que le permitieron salir adelante con inteligencia y serenidad. Una de sus hermanas nos cuenta que desde muy niña ya manifestaba inteligencia clara, acertado razonamiento, organización, orden en su persona y en sus cosas, muy piadosa, oraba con gusto y fervor.


Realizó sus estudios en el Colegio María Auxiliadora. Siendo aún estudiante de los cursos superiores se unió a un grupo de jóvenes que partió para Santo Domingo, República Dominicana, con el objetivo de ingresar al Aspirantado de las Hijas de María Auxiliadora. Allí completó estudios obteniendo el Título de Bachiller en Filosofía y Letras y Normal en Primaria, y el certificado de Idoneidad en enseñanza Religiosa, otorgado por las FMA.


Pasó sus primeros años de formación religiosa en Moca, República Dominicana. La primera Profesión y los votos perpetuos en Jarabacoa, ciudad del mismo país. Después de los votos perpetuos, en el año 1972 regresa definitivamente a Colombia, donde se desempeña como: docente de Primaria y Secundaria en varios Colegios, Coordinadora y docente en la Normal Ntra. Sra. de Fátima, Sabanagrande, Colegio Hermana Virginia Rossi, Barranquilla y Colegio Santa Teresa, Medellín. Secretaria en el Colegio María Auxiliadora, La Ceja, Colegio Santa Teresa, Medellín y Normal María Auxiliadora, Copacabana. Asistente de internas en Andes.


Durante tres períodos debió ausentarse de la Casa Religiosa para cuidar a sus padres ancianos y enfermos. En el año 2011 pasa a la Casa Taller con su mamá, a quien cuidó con cariño y dedicación. En el año 2012 fue necesario dejar a la mamá al cuidado de otros familiares porque, a partir de este año, su salud decayó notoriamente siendo necesario entrar en un período de reposo que se prolongó hasta el final.


Una lenta y larga enfermedad le fue quitando despiadadamente sus facultades, hasta reducirla a silla de ruedas y a una asistencia y cuidado total. Se expresaba muy poco, pero nunca manifestó desacuerdo con la voluntad de Dios. En su silencio y poca expresión lograba agradecer, manifestar cariño por quien la atendía. Expresaba mucho gusto y satisfacción cuando podía estar en medio de las Hermanas. La vida comunitaria siempre fue para ella la mejor motivación. familia, a las enfermeras y al personal de apoyo, que con tanta dedicación y amor la atendieron.


Murió en Medellín en la casa “María Auxiliadora” CMM, a las 8.50 a.m. después de sufrir un doloroso cáncer gástrico por muchos meses hasta el día 25 de mayo, cuando un paro cardiaco le abrió las puertas del Reino.


Sor Marleny Patiño Osorio.

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